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El crédito bancario es un indicador de cómo viene la actividad económica. En agosto, luego de la crisis financiera y el recambio de ministros en Economía, las líneas que financian el consumo volvieron a caer.

Analistas creen que hay un combo de factores detrás de esta contracción del crédito: los altos niveles de inflación, que erosionan el poder de compra de los hogares, la consecuente suba de tasas y un enfriamiento de la actividad aparecen como los más destacados.

El mes pasado, las líneas que utilizan las familias para financiarse volvieron a creer respecto del aumento de la inflación. Los préstamos personales cayeron en términos reales bajaron 1,7% mientras que los consumos con tarjetas de crédito lo hicieron en 1,6%.

Si bien la caída de los primeros es menor de la que se había registrado en julio, muestra que hay una tendencia que difícilmente pueda revertirse en este contexto.

"A pesar de que las colocaciones están recuperando el ritmo de crecimiento en valores nominales, los mismos están por debajo de la inflación de los últimos meses. Debemos remontarnos hasta enero de este año para encontrar un crecimiento por sobre los valores del índice de inflación del mes", dijo Guillermo Barbero, de First Capital Group.

La suba de tasas del BCRA, que el mes pasado llevó el rendimiento efectivo de las Leliq al 85% anual tiene un efecto contractivo en la actividad. Por un lado, afecta a la oferta crediticia, ya que los bancos prefieren colocar sus pesos en deuda del Banco Central antes de "correr el riesgo" y prestarle a sus clientes.

Y, por otro, afecta negativamente a la demanda de crédito. "Ante el incremento del interés, cae la capacidad de endeudamiento de los individuos, en síntesis: a mayor interés a pagar, menor es el capital del préstamo a otorgar¨, añadió Barbero.

En lo que va del año, todas las líneas crediticias, las que apuntan a las personas y también las que financian a las empresas, se contraen respecto del aumento de la inflación. Desde diciembre de 2021, los préstamos en pesos se redujeron 8,5% respecto del aumento de los precios y los economistas advierten que no hay razones en el corto plazo para que repunten.

"Un escenario de caída de la actividad, como la que esperamos para la segunda mitad del año tendrá un correlato directo sobre la dinámica de créditos, sumado esto al nuevo escenario de aumento de tasas de interés que terminará por deprimir el lado de la demanda. Esperamos una retracción del stock y aumento de la morosidad", indicaron economistas de la consultora LCG.

FUENTE:

www.clarin.com.ar